Una bestia de pelaje áspero es una acción realizada en la residencia montaña negra, partiendo de la idea de omikuji.

La obra consiste en una instalación performática que involucra la atadura de recetas médicas de psicotrópicos a ramas de pinos. Estas recetas, previamente redactadas por profesionales de la salud en papel, son cuidadosamente dobladas en cintas y posteriormente sujetadas a los árboles . Esta acción hace referencia a la tradición japonesa de amarrar omikuji (predicciones en papel adquiridas en templos por una pequeña donación) a árboles con la finalidad de que las predicciones desfavorables no se materialicen.

El proceso artistico trabaja en la interacción entre objetos (recetas, árboles) y conceptos subyacentes como el miedo, la enfermedad, la magia y el ritual. La intervención busca cuestionar y explorar las dinámicas de protección, superstición y la transformación de lo simbólico en un acto de invocación y protesta.

A través de esta acción, se plantea una reflexión, la relación entre el cuerpo, la mente y el entorno, así como las implicancias ético-políticas del uso de medicación psicotrópica dentro de los sistemas sociales y religiosos.